Mientras la sangre se me escurre entre las manos,
una ola de azules enlatados
rebalsando los mares de arena.
Oscura sirena, que en la noche suena
ahogando los aullidos del hueco mundo
que, entre agonizantes estertores,
nadando se pierde en lo profundo
dejando atrás su estela de vapores.
Cálidos, tibios, incandescentes.
Húmedos, fríos, iridiscentes.
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