Del fuego aquél, sólo hay cenizas
y la imagen fiel de tu sonrisa.
Del fuego aquél, siento tus manos,
tus besos de miel, tu amor lejano.
Del fuego aquél, sólo hay tristeza,
sólo queda de él su pura belleza.
Del fuego aquél, resiento hoy,
y aún te amo y, sin ti, no soy.
Del fuego aquél, de amor evadido,
sólo queda de él tu recuerdo querido.
Del fuego aquél, sólo hay pasado,
quedando latente un amor olvidado.
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