Vieja casa, grande y solitaria, que fuiste mía una vez,
estoy aquí, donde antes tú estabas; hoy de pronto, quise volver.
Ahora te recuerdo, me parece verte... majestuosa, imponente en la calle gris,
el sol te acaricia y el cielo te envuelve; y, es extraño, creo verte sonreir...
Dulce engaño en la memoria, que se niega a olvidar;
reflejo, efigie ilusoria, te veo aunque no estás.
Hoy te han destruído, dicen que el progreso avanza...
Mas tu esencia no se ha perdido pues mi corazón la alcanza.
Mis ojos me traicionan, te veo y río, te veo y lloro...
y una voz te nombra entre espejos de oro.
Te disipas lentamente, tu imagen se me escapa,
te veo borrosa y tenue; te vas mi vieja casa...
Y un piano triste toca una canción...
Despacio me alejo, y te dijo adiós.
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