Un caballo y un jinete en la noche ya se van;
un destino que se pierde, un camino y un final.
Unos ojos que lo aman, están llorando por él,
una voz triste lo llama, él se va sin responder.
Unas manos lo saludan, él se va sin un adiós.
Las estrellas lo alumbran, se va alegre y soñador.
El camino es muy largo, mas pronto terminará;
ya está lejos del pasado al que no regresará.
Pasan rápido en el tiempo, que asustado, se hace a un lado;
casi está alcanzando al viento su veloz caballo blanco.
La noche ya está cansada y da paso al nuevo día;
sale el sol de la alborada, se duerme la luna fría.
Una luz se va aclarando, ya está a punto de llegar;
corre y corre su caballo, corre y corre sin parar.
Ocurre algo inesperado, todo es oscuridad,
ya no corre su caballo... es la muerte, es el final.
En las noches, galopando, dicen que lo ven pasar,
y alguien lo sigue llorando en algún remoto lugar.
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