Llenas de caricias tengo las manos,
la boca ardiente, ansiosa por besar.
Pleno de amor, el corazón angustiado;
ronca la voz, cansada de gritar.
Tembloroso el cuerpo, de deseo colmado;
los ojos parpadeantes aguardando ver.
La mente, de recuerdos estallando;
anhelante el pecho, sin satisfacer.
Rotas las uñas de arañar pasados,
cansados los pies de caminar buscando.
Desfalleciente el alma, de tanto esperar;
ida la esperanza, no ha de regresar.
Gastada la vida, por vivirla mal;
ilusiones deshechas por un fin banal.
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